
Perder un dedo mientras se realiza una tarea laboral es una situación traumática y devastadora. No solo implica un dolor físico inmediato, sino también un fuerte impacto emocional, psicológico y económico. Es natural que surjan dudas y temores: ¿Qué me corresponde por ley? ¿Cómo me van a indemnizar? ¿Se considera esto un accidente laboral? En este artículo, vamos a responder esas preguntas con un lenguaje claro, empático y preciso.
¿Se considera la pérdida de un dedo un accidente laboral?
Sí, la pérdida de un dedo en el trabajo es considerada un accidente laboral conforme a la legislación argentina. En particular, la Ley de Riesgos del Trabajo (Ley N.º 24.557) establece que todo hecho súbito y violento ocurrido por el hecho o en ocasión del trabajo, que cause una lesión en el cuerpo del trabajador, debe ser reconocido como accidente de trabajo.
Esto incluye, sin lugar a dudas, la amputación total o parcial de un dedo, ya sea por maquinaria, herramientas mal acondicionadas, errores en los protocolos de seguridad o negligencia en el entorno laboral.
¿Qué derechos tengo como trabajador?
Si sufriste una amputación de dedo trabajando, tenés derecho a:
- Atención médica y rehabilitación gratuita.
- Cobertura de los medicamentos, estudios y tratamientos necesarios.
- Licencias por recuperación.
- Indemnización por incapacidad laboral permanente, calculada según el grado de secuela física que deja la lesión.
- Posibilidad de recalificación laboral si la pérdida afecta tu capacidad para realizar tareas habituales.
La indemnización no solo busca reparar el daño físico, sino también el impacto en la calidad de vida y las consecuencias económicas que puede generar la amputación en el futuro laboral del trabajador.
¿Cómo se calcula la indemnización por la pérdida de un dedo?
La indemnización por dedo amputado en el trabajo se determina en base a distintos factores:
- Grado de incapacidad: evaluado por una comisión médica que mide cuánta capacidad funcional se perdió.
- Edad del trabajador.
- Salario promedio que percibías antes del accidente.
- El tipo de dedo afectado (no es lo mismo perder el pulgar que el meñique, ya que la funcionalidad varía).
- Si la amputación fue parcial o total.
La ley establece una tabla de evaluación de incapacidades que asigna un porcentaje según el dedo afectado y la mano dominante. Por ejemplo, la amputación del dedo índice en una persona diestra se considera más incapacitante que en la mano no dominante.
Por eso, es clave contar con una correcta evaluación médica y una adecuada defensa legal para que la ART (Aseguradora de Riesgos del Trabajo) no minimice la indemnización correspondiente.
¿Y si la ART no paga lo justo?
Lamentablemente, en muchos casos, las ART subestiman las secuelas o intentan pagar montos por debajo de lo que la ley establece. Ante esta situación, es fundamental contar con abogados de accidentes de trabajo que se especialicen en este tipo de reclamos.
Un abogado con experiencia puede ayudarte a:
- Apelar decisiones de la comisión médica.
- Realizar cálculos reales de la indemnización que te corresponde.
- Iniciar acciones legales si la ART no cumple.
- Acompañarte en todo el proceso, desde la denuncia hasta la resolución final.
Secuelas de la amputación: más allá del físico
La pérdida de un dedo no es solo una lesión visible. Muchas veces deja secuelas emocionales profundas, como ansiedad, depresión o dificultades para reinsertarse laboralmente. Además, pueden generarse complicaciones médicas posteriores, como dolor crónico, infecciones o pérdida de movilidad en la mano afectada.
Por eso, es importante no aceptar rápidamente lo que propone la ART sin entender en profundidad cómo esa lesión afecta tu vida y qué reparación integral corresponde legalmente.
Conclusión
La amputación de un dedo en el trabajo es un accidente laboral grave que conlleva consecuencias físicas, emocionales y económicas. Como trabajador, tenés derechos que deben ser respetados, y es posible acceder a una indemnización justa si se actúa con información y asesoramiento legal.
Si estás atravesando esta situación, recordá que no estás solo. Contar con especialistas en accidentes laborales es clave para asegurar que se respeten tus derechos y se repare el daño de forma completa y digna.