
Las enfermedades respiratorias ocupacionales representan un problema grave y, en muchos casos, silencioso dentro del mundo laboral. A menudo, los síntomas se desarrollan lentamente, lo que dificulta establecer la conexión directa entre el ambiente de trabajo y la aparición de la enfermedad. Sin embargo, la exposición prolongada a ciertos agentes nocivos puede generar consecuencias respiratorias irreversibles. En este contexto, conocer el rol de la ART (Aseguradora de Riesgos del Trabajo) y los derechos del trabajador afectado es fundamental.
Si padecés o sospechás que sufrís una enfermedad respiratoria relacionada con tu ocupación, es importante que sepas cómo proceder, cuáles son tus derechos y por qué es clave contar con el respaldo de un abogado especialista en ART para hacer valer tus reclamos frente a la aseguradora.
¿Qué son las enfermedades respiratorias laborales?
Se trata de patologías que afectan el sistema respiratorio y que tienen origen en la exposición a sustancias o condiciones presentes en el entorno laboral. Entre los agentes nocivos más comunes se encuentran:
- Polvo de sílice (en minería, construcción, cristalería).
- Fibras de asbesto o amianto (en techos, aislamientos, frenos).
- Gases tóxicos o vapores (en industrias químicas).
- Sustancias alergénicas o irritantes (en agricultura, limpieza, panaderías).
- Ambientes con mala ventilación, humedad o exposición constante al frío.
Estas enfermedades pueden tardar años en manifestarse y, cuando lo hacen, suelen ser de evolución crónica o progresiva, afectando gravemente la calidad de vida del trabajador.
Ejemplos frecuentes: asbestosis, silicosis y asma laboral
1. Asbestosis:
Es una enfermedad pulmonar causada por la inhalación prolongada de fibras de asbesto. Estas partículas microscópicas se alojan en los pulmones y provocan una fibrosis pulmonar progresiva. El daño suele ser irreversible y, en muchos casos, puede derivar en cáncer de pulmón o mesotelioma. La asbestosis afecta especialmente a personas que trabajaron en industrias del aislamiento, construcción, astilleros o fabricación de frenos.
2. Silicosis:
Provocada por la inhalación de polvo de sílice cristalina, es común entre trabajadores de canteras, marmoleros, obreros de la construcción o mineros. La silicosis produce cicatrices en los pulmones que dificultan la respiración, y no tiene cura. En sus formas más graves puede provocar insuficiencia respiratoria o predisponer a infecciones como la tuberculosis.
3. Asma laboral:
Se trata de una reacción alérgica o irritativa del sistema respiratorio provocada por la exposición a sustancias presentes en el ambiente de trabajo, como harinas, productos de limpieza, vapores químicos o ácaros. A diferencia del asma común, este tipo suele mejorar al alejarse del ambiente laboral, aunque en algunos casos puede volverse permanente.
¿Qué dice la ley?
La Ley de Riesgos del Trabajo N.º 24.557 contempla una lista de enfermedades profesionales reconocidas oficialmente, y muchas enfermedades respiratorias figuran en ella. Esto significa que, si se demuestra su origen laboral, el trabajador tiene derecho a:
- Atención médica gratuita e integral.
- Tratamiento y rehabilitación.
- Licencias laborales mientras dure la recuperación.
- Indemnización en caso de incapacidad parcial o total.
- Recalificación profesional si no puede volver a su puesto original.
¿Qué pasa si la ART no responde?
En muchos casos, la ART rechaza el reclamo argumentando que la enfermedad no tiene origen laboral, o exige pruebas que resultan difíciles de conseguir sin ayuda legal. También puede negarse a cubrir el tratamiento psicológico, la medicación de largo plazo o las compensaciones económicas.
Frente a esto, el trabajador puede:
- Presentar una denuncia ante la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT).
- Solicitar una junta médica que evalúe el caso.
- Iniciar acciones legales con el acompañamiento de un abogado especializado en enfermedades profesionales.
El respaldo legal es crucial para asegurar que la ART cumpla con sus obligaciones y se reconozcan todos los daños sufridos, incluyendo los futuros, en enfermedades de evolución prolongada como estas.
Las enfermedades respiratorias laborales, como la asbestosis, la silicosis y el asma ocupacional, no solo afectan la salud del trabajador: también alteran su calidad de vida, sus ingresos y su proyección laboral. Por eso, es fundamental identificar los síntomas a tiempo, documentar la exposición a agentes nocivos y reclamar los derechos correspondientes. Contar con el asesoramiento de un abogado ART puede marcar la diferencia entre un reclamo exitoso y uno rechazado. Frente a la negligencia o el silencio de las aseguradoras, la información y el respaldo legal son las mejores herramientas para que el trabajador no enfrente esta lucha solo.